La Terapia Gestalt y los sueños. Algunas pinceladas...

 Fritz Perls consideró los sueños como proyecciones de partes incompletas de la persona; en él se encuentran los huecos de la personalidad, afirmó. Para Perls constituían la vía regia a la integración de la personalidad.

“El sueño es un mensaje existencial. Es algo más que una situación inconclusa, algo más que un deseo insatisfecho, algo más que una profecía: es un mensaje de uno mismo a uno mismo, a la parte de uno que está escuchando, sea cual sea ésta.”

Isadore From, por su parte, abordó los sueños (soñados en el curso de la terapia) como retroflexión, proponiendo así una nueva comprensión y un nuevo enfoque de trabajo con los sueños. Sumó a la clínica su visión del sueño como una forma de comunicación, comunicación retroflectada.

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Más allá de los muchos estilos y formas de trabajar con sueños en Terapia Gestalt, éstos no se interpretan, el abordaje en la corriente es no interpretativo.

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Según Richard Kitzler, en Gestalt, el sueño fue visto como una obra de arte creativa, en la que “el soñador era el creador/artista, el dramaturgo y demiurgo, el escultor y el mármol de Carrara”.

Antonio Sichera agregó que, en términos de trabajo del sueño, más allá de las consideraciones de la perspectiva clásica (el sueño como mensaje existencial) o de los desarrollos ulteriores de From (el sueño como comunicación retroflectada: mensaje sobre la relación con el terapeuta), abordar el sueño como obra de arte podía ser muy propicio. Para él dejar al sueño ser, podría ser el ejercicio terapéutico más provechoso, refiriéndose a que el paciente pudiese representarlo (de manera pictórica o literaria), y experimentar la creación a partir del mismo de manera plena y libre, “como artista, que crea y da espacio a su propio impulso de poiesis”, teniendo además en cuenta que “Una persona que se retrata a sí misma, siempre, en el fondo, se comunica”.